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domingo, 5 de abril de 2009

LA HISTORIA DE BRENDA BANNON


"EL CRISTO DE LOS DIEZ Y SEIS. MAESTRO GUILLERMO SPINOSA"

El Maestro Guillermo Spinosa, Colombiano, Santandereano, es un buen amigo del autor de este blog, nos une amistad de muchos años, y desde blog reciba un abrazo de quien siempre lo aprecia.

Este Blog respeta las creencias religiosas de todos sus lectores, pero no puedo desconocer mi fe en Cristo. Hoy empieza la semana Mayor que nos hace recordar la vida, pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo. Época de meditación, de encontrarse con uno mismo, y reafirmar nuestra fe.

“Dios no cierra una puerta sin abrir otra” Refrán Irlandés


Hoy quiero compartir con Uds. un testimonio de una paciente que convive con GIST desde hace siete años. Escrito que fue enviado al Grupo de LRG America Latina, por el Dr. Rafael Vega, cada párrafo refleja lo que sentimos los que vivimos con este cáncer, y al mismo tiempo es ejemplo de fortaleza y de imitación. Compagino mucho con este escrito. En parte ha sido mi misma historia.

LA HISTORIA DE BRENDA BANNON - PACIENTE DE GIST

A medida que termina marzo y comienza abril, me doy cuenta que he comenzado mi octavo año de saber que vivo con GIST, y la vida es buena.
Hace siete años, mal diagnosticada con tumores neuroendocrinos por un oncólogo local, me senté y escuche a este médico, a esta mujer, diciéndome calmadamente que yo moriría lentamente y no había nada que ella pudiera hacer por mí. Ella explicó delicadamente a mi madre, a mi hermana, a mi esposo y a mi, que a pesar que me daría medicamentos para el dolor y otro tipo de tratamientos paliativos, la fatiga iría aumentando lentamente, que experimentaría mas y más dolor, y que lentamente me deterioraría hasta morir. Ella no creía que yo llegaría a mis 40 años. Yo tenía 36 en ese momento, con tres hijos, el menor de 15 meses de edad.

Como algunos de ustedes saben, cuando dejamos el consultorio y caminamos en silencio uno al lado del otro por el pasillo, yo pregunté incrédula, “Ella acaba de decir que yo voy a morir?” Mis familiares respondieron de manera afirmativa. Después de un momento les dije, "Bueno, ella está despedida'' Yo no puedo morir!. En ese momento decidí vivir. Es la decisión que cada persona que escucha esas palabras está forzada a tomar, aún cuando el mundo se le viene a uno abajo. Muchos eligen no tomar esa decisión en ese momento, pero al hacerlo están optando por morir.

Yo pienso mucho en ese día, preguntándome cómo muchos pacientes a lo largo del globo han escuchado pronósticos similares, han creído en ellos, y se rindieron ante ellas como si se hubiera escrito su sentencia de muerte en una piedra. Desde aquel día he visto amigos y a amigos de amigos que escuchan palabras similares….''es maligno” o “es cáncer”…y en el pánico de querer que la enfermedad se vaya y desparezca se precipitan a cirugías o a tratamientos sin buscar o consultar una segunda opinión en cualquiera de los centros especializados en el tratamiento de cáncer. Nosotros los neoyorquinos somos tan increíblemente afortunados de tener uno a menos de un día de distancia. También he confortado a las familias y llorado lágrimas de dolor mientras perdían la batalla contra esta bestia que llamamos cáncer. A veces porque la cirugía que se pensó había sido realizada con márgenes claros en realidad no lo fue. Algunas veces porque como a mí, fueron mal diagnosticados por el equipo local de oncólogos y tratados por el cáncer equivocado. A veces porque ellos decidieron que la batalla que se debe librar contra el cáncer era menos deseable que la opción de simplemente despedirse, e irse a casa.

Después de siete años, sigo odiando el cáncer. Me he convertido en un leal apoyo de cualquiera que ha sido reclutado en esta guerra, usando conocimiento y capacidades que adquirí en mi propia batalla, para ayudar a otros en la suya propia. Después de siete años, todavía lloro por aquellas personas que aprendí a amar en el camino, y que perdieron la batalla contra esta bestia. Ahora, después de siete años, me he dado cuenta cuán inmensamente bendecida he sido, sabiendo que cada día vivo con cáncer.

Tener cáncer es vivir cada día sabiendo que es un regalo. Todos estamos un día más cerca del final de nuestra vida cuando nos despertamos a saludar el nuevo día, pero la mayor parte de nosotros vive en el maravilloso mundo de la negación, ignorando completamente el hecho básico. Asumimos que mañana saludaremos el día tal como lo hicimos hoy. Estamos seguros que la gente que conocemos y amarnos estará en nuestro mañana también. Muy pocos nos cuestionamos si nuestra gente amada estará ahí para contestar nuestro próximo email o llamada telefónica, simplemente asumimos que será así. Planeamos el futuro como si fuera un hecho. Vivimos como si el futuro ya fuera nuestro.

Me siento bendecida de vivir mirando cada día el umbral de la eternidad.
Cuando me enojo con un amigo o lastimo a alguien que me importa, estoy completamente conciente que tal vez no me de el lujo de reparar a tiempo el problema o de aplicar un bálsamo a la herida. Sé muy bien que cada amanecer y atardecer es precioso. Gozo de los copos de nieve mientras danzan en el frío aire invernal y miro maravillada a la mariposa revolotear en la brisa suave de la primavera. La lluvia que cae sobre mi piel o el calor del sol en mi cara es diferente ahora que hace siete años. Ahora las disfruto. Paro y lo noto. Las risas de mis niños llenan tanto mi corazón de alegría que casi siempre me mueve a las lágrimas. Ya no me preocupo de cómo las cosas aparentan, y tomo chances que nunca hubiera tomado en el pasado. Digo cosas….hago cosas que otra gente –gente que no tiene un cáncer viviendo dentro de ellas tratando de matarlas- postergaría o no lo diría o haría por temor a sentirse tontos. Eso ya no me importa más. Siento las cosas más intensamente, valoro a la gente mas profundamente, conozco la frivolidad de las cosas y el valor incalculable de una simple sonrisa o abrazo. Tener cáncer, vivir con cáncer, me permite recordar que estoy viva y sentir qué precioso regalo es cada momento de mi vida.

Es triste, verdaderamente, quiero decir, aún si no hubiera tenido el cáncer, yo ni siquiera tenía 40 años cuando una embolia se llevó parte de mi visión e hizo que el simple recordar las cosas sea un desafío enorme.

Esos pequeños émbolos que regaron mi cerebro pudieron fácilmente acabar mi vida ese día. ¿Qué me hubiera gustado decir o hacer? ¿Qué vidas me hubiera gustado tocar? Es triste porque ninguno de nosotros sabe qué nos depara la próxima hora, ni siquiera si tendremos un mañana en este mundo. Yo he recibido un increíble, impresionante y maravilloso regalo con esta panza llena de tumores con los que vivo y espero derrotar un día. Me he dado cuenta que tener una cintura de 22 pulgadas es lindo, pero no si significa que no estoy aquí para disfrutarla. Entonces no me importa mi panza de embarazada mientras pueda reír y amar, caminar y correr y nadar y bailar. Mientras tenga tiempo para ver a mis hijos y a los otros niños de mi vida a los que me encantaría ver crecer y aprender y experimentar esta vida maravillosa, y tener la oportunidad de influenciar en ellos. Mientras pueda desear por un sueño, de saber que el amor de toda una vida - que algún día miraré en los ojos de mi futuro esposo y veré a mi mejor amigo, a mi amante, a mi compañero de vida, al que me hace mejor porque me ama y comparte su vida conmigo. Mientras pueda imaginarme cómo se verán y serán mis nietos, y mientras desee estar aquí para tomar a cada uno de ellos cuando nazcan a este mundo increíble. No, mi enorme panza es un precio bajo a pagar por la intensidad con la que experimento la vida. Dios me ha dado un gran regalo. Y cuando El finalmente me sane, cuando El finalmente me de esa cintura, rezo para que nunca pierda las lecciones que el cáncer me ha enseñado. Rezo que nunca pararé de mirar cada día el umbral de la eternidad, de manera que siempre recuerde el valor de cada momento de esta vida. Que Dios bendiga a cada uno de ustedes, y que no necesiten tener la “bendición” de un cáncer para que se den cuenta de lo que es importante, de lo que tiene valor, del milagro que es esta cosa que llamamos vida.

Brenda Bannon
Marzo 31 de 2.009

NOTICIAS GIST:

El pasado 1 de Abril cumplió años nuestro compañero, amigo, y medico del grupo, el Dr. Rafael Vega, desde este blog reciba un fuerte abrazo, éxitos en todos sus proyectos, y un FELIZ CUMPLEAÑOS. Que ese día hayas estado muy acompañado de los tuyos, que las locuras que hicieron sean un recuerdo para celebrarlo el próximo año.

Para Johana, nuestra paciente mas joven del Grupo LRG- A.L. recuerda que siempre hay un nuevo amanecer con un sol que nos alumbrara más. Y ese es el nuestro. Cada día más cerca de la cura final.

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