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domingo, 5 de octubre de 2008

MI HISTORIA GIST. PARTE 3A:


Este trabajo corresponde a la fotografa rusa Ana Glasova, de la cual me agrada su portafolio.



Manejando camino a mi casa solamente pensaba como iba a decirles a mis hijos y a los míos lo que estaba padeciendo, y lo que tendríamos que afrontar. Llegue a mi casa, mis hijos esperaban noticias, nos acomodamos en la sala, sitio de reuniones, de momentos alegres, de oír mi musica, de compartir con los míos y con mis amigos. Sitio de bohemia, de tragos, de momentos gratos. Mi amor comprendía las circunstancias, pero el vocero tenía que ser yo. Como explicarle a mi hija universitaria, a mi hijo de secundaría y en plena adolescencia que su padre tenía cáncer, y que daría una lucha que jamás quisiera ser humano dar. Era lo que la vida me ofrecía.

Hijos, acabamos de llegar donde Andrés mi médico, el cual conocían, y después de analizar todos mis exámenes encontramos un tumor que hay que operar, es una cirugía complicada. No se por que y desde cuando, aprendí a mirar fijamente a los ojos de mi interlocutor y tratar de ver lo que la otra persona piensa, y vi que para ellos era algo nuevo e impactante. Sus rostros me conmovieron, no estábamos preparados para afrontar estas circunstancias. No se preocupen su papá siempre ha sido un luchador: Hijos no me dejaré vencer!. Hasta ahí no había derramado lágrima alguna, me mantenía firme sin desmoronarme, aunque mi corazón se encontraba totalmente arrugado. Mis hijos trataron de comprender, preguntas van, preguntas vienen, respuestas van y contra preguntas vienen, salí bien librado, aunque ellos no quedaron muy satisfechos con mis explicaciones, las aceptaron. Pues en todo momento mi posición fue la que era una cirugía, una cirugía, y nada más, con sus complicaciones pero simplemente una cirugía. Siempre trataba restarle la importancia al procedimiento y a la gravedad de mi estado de salud.

Luego, llamar a mi hermano, a mi hermana, a mis jefes, explicar mi situación, se hablaba de pedir una segunda opinión, de viajar y/o mandar los exámenes a Estados Unidos, todos trataban de ayudar, quien es el cirujano?, que experiencia tiene?, de donde es egresado?, en que clínica te van a practicar la cirugía, el teléfono no paraba de timbrar. Que si es mejor tal o cual clínica. Por fin, en medio de mi dolor, no estaba solo.

Agradezco a mi familia, a mis jefes, a mis compañeros de trabajo, a mis amigos, desde ese momento jamás me han desamparado, ha sido muy grande el calor humano recibido, faltarían muchos blogs para poder describir tanto aprecio y deferencias conmigo. Todos tienen un lugar especial en mi corazón.

La suerte estaba echada, Andrés realizaría la cirugía. Quedaban ocho días para exámenes, entregar mi cargo en la empresa, despedirme de unos y otros, arreglar documentos. Una mañana, después de exámenes de sangre y cardiología, y estando desayunando en la cafetería de la Clínica del Country en compañía de mi señora, la fortaleza cedió: lloré y lloré como un niño, no pude administrar mi adversidad, jamás me pregunte por que a mi?, no ese reproche no estaba en mi mente, simplemente me dolía el tiempo perdido, ese tiempo no compartido con los míos. Y si no resistía a la cirugía?, cada día perdía sangre y mi estado era anémico. Iba a dejar a mi familia sin la presencia de ese esposo, de ese padre padre, de cómo cariñosamente me dicen mis hijos, sin su yoyito. El destino me iría a impedir verlos desarrollados en la vida? No poder asistir a sus momentos especiales? Que dolor tan grande sufría mi corazón. De la fortaleza de mi señora, estaba seguro, sabía del dolor que dejaría, pero también sabía de su templanza. Es hierro puro.

Aproveche para ponerme al día con el creador, soy católico, asistí con mi familia a una misa, pedí al altísimo su bendición, y me encomendé al Señor de los Milagros de Buga. Para esa fecha, Juan Pablo II había fallecido, y siempre fui un seguidor de su labor apostólica, y también me encomendé a el.

Andrés reviso los exámenes, y concluimos seguir adelante con la cirugía, soy un enfermo sano, mi corazón funciona bien, no padezco hipertensión, no sufro de azúcar en la sangre, mi coagulación es manejable. Lo único que nos preocupaba era mi estado anémico que cada día empeoraba, y teníamos que prever esa circunstancia para la cirugía, necesitaría sangre extra. No soy amigo de este procedimiento, pero no era cuestión de gustos. Tocaba aceptar la transfusión.

No soy escritor, no soy poeta, espero que mis lectores así lo entiendan, trato a través de este blog de trasmitir los sentimientos que vive un paciente que se enfrenta a esta enfermedad. Escribí unas letras dedicadas a mi señora: Lilia. Sin ella hubiera sido imposible luchar y convivir con mi enfermedad. Espero les agraden. Salen de mi corazón.



AMOR

AMOR…. AMOR….AMOR….
Mis alegrías son tus alegrías
Mis angustias son tus angustias
Mis tristezas son tus tristezas
Mi enfermedad es tu enfermedad.

AMOR… AMOR…. AMOR…
Me dejaste entrar en tu vida
Me abriste tu corazón.
Cómplice de mis quimeras
Compañera de mis infortunios.

AMOR…. AMOR… AMOR…
La vida nos sonrió
La vida nos engaño.
Destino injusto y cruel
En el horizonte busco el por que?

AMOR… AMOR… AMOR…
De repente me doy cuenta
Lo que sufres por mí
Como hago para no verte sufrir?
Si siempre estas pendiente de mi.

AMOR… AMOR… AMOR…
En mis noches de insomnio
Cuando te veo dormida
Doy gracias a dios
Por tenerte a mi lado.

AMOR… AMOR… AMOR…
No hay mejor remedio para mi enfermedad
Que sentir tu cuerpo calentando el mío
Te amo, te amo y jamás dejare de amarte
Eres todo para mí.

AMOR… AMOR… AMOR…
Ilusiones de un futuro mejor
Cada día es ganancia
Vivo el hoy, el mañana es incierto
Pero el hoy eres tú, y solamente tú.

Te amo.

gist.col@gmail.com




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